Zarathustra como maestro

La crítica hacia lo que acontece como normalidad

Sólo puede ser certera si se tiene una idea,

Una creación,

Un sueño de lo que puede venir luego de haber comprendido la malaria en la que se vive el acontecer del presente,

Si no, uno se convierte en un sádico izquierdista

Gritando a cuatro vientos las maldades que mueven a este mundo pero con una esterilidad profunda para proponer una vida digna de ser vivida

El griterío de la farsa te convierte en un farsante

Es que todavía al gritarlo estás explicandote a vos mismo lo que aún no entendiste

Que la farsa no es difícil de comprender y que el enamoramiento de la comprensión de la farsa es algo que tiene que ser trascendido; no hay que enamorarse de la lucidez, de la comprensión, hay que puntuar y decir "esto es fácil de comprender, sigamos a lo próximo" y esto es: declararse a sí mismo que se tiene fuerza creadora y no solo comprensión mortuoria de lo amatambrado.

Hay una especie de vanidad que nos mueve hacia la declaración, hacia el generar espectadores de lo hablado... ¿Será porque hablar es más fácil que crear?

¿Será porque crear podría traer enemigos visibles porque uno puede equivocarse irremediablemente en el acto y no así -irremediablemente- en lo discursivo -ya que por supuesto se puede alegar incomprensión de lo dicho-? 

No importa tanto el por qué, sino que funciona como tara psicológica la vanidad puesta en que el yo sea vanagloriado por otros.

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